Con una trayectoria de más de 120 años y un legado de tradición, la Licorera de Caldas ha dado un paso audaz al ingresar al mercado antioqueño, un terreno conocido por su fuerte arraigo a los aguardientes, toda vez que es la casa de la Fábrica de Licores de Antioquia y su amplio portafolio de estos licores.
Este movimiento no es solo una expansión geográfica, sino una declaración de intenciones: ofrecer una verdadera alternativa a los consumidores, respaldada por la calidad y el sabor inigualable de sus productos.
En un mercado maduro y con un producto local fuertemente posicionado, la empresa se embarca en un camino de crecimiento estratégico y sostenible, buscando consolidar su presencia y contribuir al desarrollo económico regional y nacional.
Un nuevo horizonte: el desafío antioqueño
Antioquia, con su arraigada cultura del aguardiente, representa el mercado más importante para este tipo de bebidas en Colombia. Para la Licorera de Caldas, ingresar a este departamento es un reto que asumen con grandes expectativas, especialmente con su Aguardiente Amarillo de Manzanares y Aguardiente Cristal.
Conscientes de que se trata de un mercado muy maduro y con un producto local de gran posicionamiento, la estrategia de la Licorera de Caldas se enfoca en presentarse como una opción genuina y atractiva para los antioqueños.
El ingreso al mercado no ha sido sencillo, y la empresa ha optado por un trabajo con calma y muy juicioso. A pesar de llevar apenas un mes en el departamento, los resultados iniciales son prometedores: se han logrado ubicar alrededor de 300.000 unidades (U) en todo Antioquia. Este logro es significativo, considerando la fuerte competencia y la necesidad de establecer un nuevo producto en un entorno tan consolidado. El camino es largo, pero la calidad del Aguardiente Amarillo de Manzanares, descrito como un producto de sabor inigualable que puede ser consumido con tranquilidad y moderación, es su principal carta de presentación. La empresa espera que el mercado, con el tiempo, valide sus proyecciones y consolide su presencia.
Impacto económico y logística de distribución
El ambicioso objetivo de la Licorera de Caldas es comercializar alrededor de 22.5 millones de unidades reducidas de aguardiente en el mercado antioqueño. De lograrse esta meta, el impacto en la región sería sustancial, ya que el impuesto que recibe el departamento por el consumo de aguardientes crecería en la misma proporción. Esto no solo beneficia a la Licorera de Caldas, sino que también representa una importante inyección de recursos para el departamento, contribuyendo al desarrollo económico y social de Antioquia.
La logística de distribución ha sido un aspecto clave en este proceso de expansión. Aunque la llegada al mercado antioqueño ha sido paulatina, la empresa ha realizado un despacho inicial de aproximadamente un millón de botellas a Antioquia. De estas, 300.000 ya se encuentran en el mercado, mientras que 700.000 están esperando el proceso de estampillado, un trámite esencial para su comercialización legal. Este proceso, aunque un poco lento, es fundamental para asegurar el cumplimiento de la normativa y garantizar la correcta distribución del producto. La Licorera de Caldas se muestra optimista de que, una vez superados estos trámites, el Aguardiente Amarillo de Manzanares estará plenamente disponible, ofreciendo una verdadera alternativa a los consumidores antioqueños.
Expansión nacional: más allá de Antioquia
La incursión en Antioquia es solo una parte de una estrategia de expansión mucho más amplia para la Licorera de Caldas. Históricamente, la compañía solo podía ingresar sus aguardientes en el 33% del territorio colombiano. Sin embargo, gracias a recientes aperturas de mercados, ahora pueden acceder a seis de los ocho departamentos a los que antes no tenían ingreso, lo que representa el 67% de los habitantes de Colombia. Esto significa que la Licorera de Caldas tiene la posibilidad de llegar al 70% de la población del país con su producto, un salto significativo que dispara sus expectativas de crecimiento.
Este crecimiento no se limita solo a los aguardientes. La fábrica de la Licorera de Caldas, con sus 120 años de historia, ha experimentado su mejor primer semestre en toda su trayectoria gracias a la apertura de estos nuevos mercados y al aumento en la venta de rones. Esto ha llevado a cifras de crecimiento de doble dígito, lo que a su vez ha generado la necesidad de no solo mejorar su infraestructura, sino también de incrementar su fuerza laboral. La demanda de ron, aguardiente y los demás productos de la Industria Licorera de Caldas ha sido notable.
El año pasado, la empresa vendió 12.3 millones de unidades, lo que representa un aumento de casi 4 millones de unidades reducidas en un solo semestre. Este impresionante crecimiento se dio en el “semestre frío” del año, que típicamente representa el 30% de las ventas anuales. Las expectativas para el segundo semestre, que concentra el 70% restante de las ventas, son aún mayores, proyectando un crecimiento significativo.